Me gustaría compartir contigo una ponencia que he realizado recientemente sobre la figura de Ursula Hirschmann:
«Gracias por la oportunidad de aportar mi granito de arena para poner a Ursula Hirschmann en el lugar que le corresponde en la historia que nos contamos sobre la construcción europea y los inicios de la idea de la Europa Federal.
Ursula Hirschmann nació en Berlín en 1913. A pesar de su infancia burguesa, siendo muy joven comenzó su militancia política en el partido socialdemócrata junto a su hermano. Debido a ella y ante un Hitler que ya se había hecho con el poder en Alemania se vio obligada a irse del país y recaló en París.
Ursula, era una mujer sin patria, como dejó escrito en su biografía: “No soy italiana, aunque tengo hijas italianas; no soy alemana, aunque Alemania fue mi patria. Y ni siquiera soy judía, aunque podría haber sido detenida y luego quemada en un horno de algún campo de concentración” Era una mujer sin patria, quizás porque su patria era Europa.
Nos encontramos pues, ante una mujer joven de gran personalidad, consciente de la realidad en la que vivía y con una clara iniciativa política que antepone a una vida que podríamos llamar de “esperada” para una mujer de la época.
Tras este momento temprano en la vida de su vida, la Ursula mujer encontrará su futuro no sólo unido a la política sino también a dos hombres con los que compartirá familia y proyecto político.
Permaneció durante algún tiempo en París donde vivía de manera independiente gracias a su trabajo como profesora cuando su compromiso político la llevó a conocer al que sería su primer marido, el intelectual Eugenio Colorni, y con el que, posteriormente, vivió en Trieste, Italia . Cuando éste es enviado prisionero por la Italia fascista a la apartada isla de Ventotene, ella se fue con él, a pesar de que la convivencia matrimonial ya no era buena y con sus tres hijas. Sin duda, otro ejemplo de una mujer comprometida con su vida.
Su estancia en Ventotene fue clave no sólo para los posteriores cambios que se producirían en su vida personal, como su divorcio de Eugenio y la vida en común con su segundo marido Altiero Spinelli, sino que políticamente su contribución a la causa federalista fue innegable. Se pueden resaltar cuatro grandes hazañas políticas que le valdrían el apodo de “número 2” con el que tanto Altiero Spinelli como Ernesto Rossi se referían a ella considerándose ellos como “el número 1”.
En primer lugar, se llevó clandestinamente el conocido Manifiesto de Ventotene escrito en papel de fumar de la isla a la península italiana para redactarlo e imprimirlo junto con Ada Rossi y la hermana de Altiero Spinelli y para posteriormente, distribuirlo entre la resistencia antifascista italiana. Además de ello, también lo tradujo con gran rapidez al alemán para después compartirlo con la militancia antifascista alemana con la que mantenía contacto.
En segundo lugar, organizó la primera reunión del movimiento federalista europeo en Milán en 1943 y publicó la primera copia clandestina de “La unidad europea”, mientras Altiero Spinelli y Ernesto Rossi aún seguían presos.
En tercer lugar, organizó el primer simposio federalista internacional en París en 1945, con Altiero Spinelli exiliado en Suiza.
Y, en cuarto lugar, siendo consciente de que el proyecto europeo necesitaba de una mayor participación de las mujeres creó la organización “Femmes pour l’Europe” en Bruselas en 1975 para juntar a las mujeres de la política, la cultura y otros sectores para tratar temas como la igualdad, la asistencia entre las mujeres y otros temas más prácticos como el acceso a la formación para las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres, diferentes actos de discriminación contra las mujeres en el ámbito laboral y también aquellas problemáticas con las que se encontraban las mujeres inmigrantes.
Fíjense en esta indicación que realiza Maria Grazia Melchionni en su artículo “Le donne nella costruzione dell’Europa di domani” en relación con su iniciativa de crear un grupo político de mujeres: “en los años setenta, cuando Spinelli se convirtió en un comisario europeo con un personal calificado a su disposición, Ursula Hirschmann se sintió libre de salir de su sombra y recuperar su vena política personal.” En definitiva, comenzó su propia iniciativa política personal cuando ya entendió que su marido no requería tanto de su ayuda. Algo que, en mi opinión desgraciadamente, les ha pasado y le sigue pasando a muchas mujeres.
Lamentablemente, con su prematura muerte dejó su autobiografía “Noi senzapatria” sin terminar por lo que desconocemos sus verdaderas y profundas posturas políticas acerca de la Europa en la que le tocó vivir. Sin duda, una lástima.
La contribución de esta “europea errante” es vital para entender los inicios del movimiento federalista europeo. Por ello, reconocer su papel, como estamos haciendo aquí ahora, es un acto de justicia no sólo con ellas sino con el “nosotros neutro”, el que incluye tanto a ellos como a ellas.
En definitiva, Ursula fue una mujer para la que el amor y la política siempre estuvieron unidos. Compartió vida (y seis hijas) y anhelos de una Europa en paz con estos hombres dedicados en cuerpo y alma a la política (y a los que veneramos por su visión política) porque también ella compartía esa misma alma política y un compromiso férreo con la construcción de una Europa federal. Se merece el mismo respeto y reconocimiento.
Gracias.»
*Me gustaría dar las gracias especialmente a tres compañeras federalistas que me han ayudado en la búsqueda de bibliografía: Mariasophia Falcone, Leonie Martin y especialmente, a Diletta Alese. Una ayuda imprescindible para entender a esta gran mujer y un apoyo que siempre encuentro cuando quiero profundizar en mi aprendizaje personal sobre el federalismo europeo. Realmente, grazie mille, thank you!
Ahora me dirijo a ti, ¿conocías a Ursula?, ¿qué te ha parecido su contribución a la Europa Federal? ¡Déjame tu comentario!
Una gran labor, una pena que no esté tan reconocida como Altiero Spinelli aunque su labor fue tan importante o más que la de Spinelli y Rossi.
Ahora las edicions Bellaterra han editado la edición castellana: Nosotros, sin patria.
¡Qué gran noticia! Gracias por compartir esta info con nosotr@s!